En las últimas dos décadas, la resistencia a los antimicrobianos (AMR) se ha convertido en una amenaza a los sistemas públicos de salud a nivel mundial. Un tipo de AMR es la resistencia a antibióticos de bacterias patógenas, que provoca que algunos tratamientos basados en la prescripción de antibióticos no funcionen, y con ello la aparición de complicaciones clínicas y un mayor coste sanitario.

En ese sentido, la transmisión incontrolada de superbacterias entre pacientes, o entre pacientes y personal sanitario, representa un problema en los sistemas de atención médica. La actual complejidad en el manejo de las enfermedades infecciosas y el aumento de las resistencias hace imprescindible el establecimiento de equipos multidisciplinares en los hospitales para abordar esta situación.

En los hospitales existe gran cantidad de información explotable para gestionar este grave problema, sin embargo, el análisis de esta información se realiza en muchos casos de forma manual, siendo un proceso muy complejo y provocando una sobrecarga de trabajo a los profesionales sanitarios, incrementando los costes hospitalarios o, en su defecto, una peor labor asistencial.